martes, 12 de enero de 2010

Trabajadores Metalurgicos desde el caño en libertad

Presentación

Somos un grupo de trabajadores metalúrgicos que nos ganamos el pan laburando en una fábrica de tubos de acero con costura propiedad de la familia Rocca, dueña también de Siderar y Techint Construcciones, llamada Tenaris SIAT V.A., pero para nosotros, simplemente SIAT.
Los Rocca se dedican a la siderurgia en nuestro país desde 1947, año en que fundan Siderca en la ciudad de Campana; la fundación fue en sociedad con Dálmine de Italia, también de su propiedad.
Desde que compraron SIAT en 1986, la política de la empresa fue la de incorporar tecnología y suprimir puestos de trabajo.
En los 90 incorporaron a sus prácticas el fraude laboral, en la figura de contrataciones eventuales, que no eran tales ya que para poder trabajar firmábamos contratos abiertos, es decir sin fecha de finalización, reservándose la empresa el “derecho” de poner la fecha de rescisión del mismo cuando ella estimara conveniente. De esta manera nos tenían cautivos durante cinco, siete o más años, trabajando como personal contratado.
Dice el saber popular que “tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe”. Y esto sucedió en SIAT en el 2003, cuando en forma espontánea los trabajadores de TODOS los sectores comenzamos a reunirnos a discutir la problemática que teníamos para buscarle una solución que nos resultara favorable.
Es así que nos vimos abocados –los 250 trabajadores efectivos y contratados- a la tarea de recuperar una parte considerable de nuestro jornal, que aunque fuera en tiquets, la empresa unilateralmente decidió no pagarnos más.
Nuestra resistencia duró como seis meses, hasta que logramos recuperar casi todo lo que nos habían quitado.
¿Cómo lo logramos? Con medidas por demás sencillas. Comenzamos por no trabajar horas extras; cuando la empresa acomodó sus horarios de producción de manera que las extras no le hicieron falta, entonces los compañeros que participaban en los grupos de “involucramiento” que la empresa había implementado (mejora continua, facilitadotes de seguridad, etc.) dejaron de participar; el hecho novedoso y que resultó fundamental fue la toma de decisiones siempre en Asamblea General de Fábrica.
Durante esta lucha, los compañeros contratados –que eran casi la mitad del total de trabajadores- se comprometieron en la lucha entendiendo que la unidad nos daba la fuerza, y soportaron sin amilanarse todo tipo de presiones de parte de la empresa.
Una vez logrado el objetivo, que era recuperar la totalidad de nuestro jornal, nos propusimos hacer algo para terminar con el fraude de las contrataciones, pero eso ya es otra historia…

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